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viernes, julio 20, 2007

UNA PALABRA: IMPOTENCIA.

Ya no sé que pensar. Me da pena, siento impotencia. Parece ser que estamos estigmatizados y las semifinales no son para nosotros.
El árbitro, la poca experiencia, jerarquía, historia, da lo mismo como quieran llamarle, pero explíquenme la razón, no quiero un nombre, deseo una explicación.
Impotencia es lo que siento. Hace tiempo que no sentía tanta pena por lo ocurrido en una cancha de fútbol, los chicos hicieron lo que sabían, pero su estrella no estaba con ellos. Al parecer tiene razón Di Stéfano cuando dice: “Algunos nacen con estrella y otros estrellados” y al parecer todo nuestro país ‘nació estrellado’.
Argentina, no necesitaba la ayuda del árbitro para ganar, ellos tienen talento por si solo. La pregunta es ¿por qué tenemos que pasar por estas cosas? Por qué cresta siempre llegamos a las semifinales, por qué nos quedamos con el premio de consuelo, por el bronce.
Primero fue Brasil, venía de ser campeón del mundo, estaba sin su estrella, pero tenía otras. Garrincha, Vavá y compañía nos pintaron la cara. Y como tantas veces salieron algunas excusas como: “Escuti no debería haber jugado, le tenía miedo a Brasil. Tenía que jugar Adán Godoy”, pero la cuestión era simple contra Brasil era poco lo que se podía hacer.
Pasaron 25 años, hasta que apareció Lukas Tudor, Camilo Pino y Sandro Velasco levantando a todo un país necesitado de alegrías, pero… Alemania Federal nos hizo cuatro. “Potencia física”, era la frase que se repetía en las cuñas después de la derrota, pero porque siendo locales no hubo un árbitro que nos favoreciera… ¿por qué? Hasta estábamos en dictadura, el señor Pinochet pudo haber gastado algunos billetes en comprar a algunos colegiados. Un par de penales, unos expulsados y todos felices.
Japón 93. Fue Ghana quien nos dejó eliminados nuevamente en semifinales. Esos niños que querían ser futbolistas y que solo se quedaron en eso, tuvieron que enfrentarse a los gigantes africanos. “No tienen 17 años”, “iban caminando a inscribirse al registro civil”, “fueron compañeros de colegio del entrenador” fue lo que se dijo y qué tiene eso, si Argentina y Brasil les ganan torneos a esos mismos niños.
Australia fue el escenario de la penúltima tristeza nacional. Zamorano, Tapia y Nelson Acosta (de patudo) llegaban a las semifinales de las Olimpiadas, se enfrentaban con Camerún, también africanos y en diez minutos nos sacaron por la lucha del oro, por 2 – 1. Fue lo más cerca que estuvimos, a menos de 10 minutos de la gloria, pero lo de siempre, dos cagadas, dos goles.
Ahora fue culpa de todos, el árbitro Wolfgang Stark puso su cuota, eso es verdad, pero hay que reconocer que Gary Medel y Vidal le dieron cuerda al alemán y que los argentinos hicieron su trabajo, aunque hubiese preferido que el partido se desarrollara de otra forma.
Da pena, rabia, pero sobre todo impotencia lo que pasó hoy en Canadá, ver a un grupo de cabros chicos llorando por tener que cargar con la pesada mochila histórica que parece que aún no podemos sacarnos.
Por qué nos pasa, por qué no podemos llegar a una final mundial…. Díganme por qué, yo invito a sociólogos, psicólogos, machis, ingenieros, abogados, quien sea, pero por favor explíqueme detalladamente porque todos nuestros torneos llegan hasta semifinales.

W

3 comentarios:

Teixi dijo...

muy bueno el nombre del blog y buen diseño, un saludo de thepremier.blogspot.com .

Marco dijo...

Ya llegara Chile a una final. Y espero que cuando llegue no haga el papel que hizo Argentina contra Brasil.

Te linkeo en mi blog.
Saludos de Buenos Aires!!!

Miranda Mendoza dijo...

Demasiado tormentoso tu escrito. Lamentablemente me lleva a las palabras que siempre repetía Julio Martínez los domingo en el teletrece: "El Sino del Futbol Chileno".--- En todo caso, yo creo que el día en que Pedro Carcuro renuncie al canal, se van a acabar estos sucesos.---