Conocía la Filosofía del juego...

Jugué varias veces con él, siempre en contra y con la misma ropa. Se paraba de último hombre e intentaba ordenar el equipo, repartía instrucciones como todo un patrón de fundo dentro de la cancha.

Siempre cerca de su área, organizando el contraataque, jugando en equipo y viendo al más aventajado para darle un pase gol.
No era un crack, pero el hombre sabía jugar, conocía la filosofía de este juego.
Se veía mejor que muchos de nosotros dentro de la cancha, a pesar de ser el mayor de todos los que nos juntábamos los lunes a soñar ser futbolistas.
Era de la vieja escuela. Jugaba sin camisetas de clubes, sin zapatillas escandalosas. Era del clan de los sencillos, el hombre sabía que sin tanta parafernalia también se ganan partidos, como dije era un erudito de este juego, de esta pasión.
Nunca nos tomamos una cerveza o compartimos un asado luego de la pichanga, solo el apretón de manos y “gracias” mutuas por el buen rato.
Ya no está, no corre junto a nosotros los lunes, pero igual los muchachos siguen sus órdenes. Ya no hay pases largos, pero se espera que salte de la nada el balonazo sorpresa.
El hombre conocía la filosofía de este juego, sin duda.

W

* A Víctor.