Hijos de la gran Nike…

Aún recuerdo los gritos del entrenador de las inferiores de Palestino a un flaquito que jugaba por la izquierda. “No haga una demás”, gritaba desaforado Daniel Salvador. No me acuerdo como se llamaba ese jugador, pero si me tengo en la memoria que con mi compañero de saga no nos preocupábamos de él, ya que entre tanta amagues terminaba pasándose solo, era cosa cuestión de seguirlo e invitarlo a que hiciera otro amague para puntearle la pelota.
A kilómetros de las canchas de maicillo del Estadio La Cisternas, en el mundial de Alemania vi a muchos jugadores que bien dotados técnicamente se pierden en un jueguito que sirve solo para deleitar la mirada, pero no llegan a lo más importante, es decir, el gol.
La escuela con Cristiano Ronaldo y Ronaldinho como sus principales exponentes. Los cuales se destacan por hacer muchos malabares con la pelotita, pero que al ser marcados la pierden sin hacer daño en la portería enemiga. Un caso particular es el jugador del Barcelona, quien durante los últimas dos temporadas las rompió en la Liga de las Estrellas, pero que en el mundial no vio ni una, algunos dicen que fue porque lo sacaron de su puesto, otros porque estaba cansado, etc.
Pero la historia pesa. El Brasil del 70’ jugó con cinco diez (Pelé, Jairzinho, Gerson, Rivelino, Tostao) y nadie se quejó de no jugar en su puesto y menos de estar cansado y todos saben lo agotador que es la liga brasilera, pero no nos desviemos del tema. En el mundial de Alemania, esta escuela fracaso rotundamente.
La otra, esa encabezada por Zidane y con un exponente en el campeón como Andrea Pirlo, quienes si bien juegan con la pelotita, saben que esto se gana haciendo goles. Nunca abusan del recurso y son admirados por lo mismo.
Prefiero el juego en equipo. Al parecer las nuevas estrellas del fútbol crecieron viendo los Supercampeones, viendo los comerciales de las marcas deportivas, pero me parece que les faltó el fútbol de barrio, ese que jugó Zidane antes de deslumbrar al mundo, el mismo que vivió Maradona, ese que sabía de patadas sin sanción, de combos y de cabezazos.
Los hinchas argentinos ya lo anunciaron antes del mundial: “Brasil son solo comerciales”. Carcuro decía: “Cristiano Ronaldo FC”. Daniel Salvador gritaba: “No se la coma, no se la coma” y en el barrio: “Suéltala conch…..”.

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