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jueves, julio 02, 2009

EL AMOR FUTBOLERO


La derrota es uno de los sentimientos más dolorosos para quienes juegan, aman o siguen el fútbol. Hay tantos tipos de derrotas, como hinchas en el fútbol. Lo único cierto es que nadie, por más equipo chico, malo, sin variantes al que uno pertenezca, nadie estará acostumbrado a perder. Siempre está la secreta esperanza de ganar, de torcer la mano al destino y dar el palo al gato.

¡Cuántas veces ofrecí mi alma al diablo a cambio que mi selección hiciera la gracia y llegáramos a la final!

Y ahora, después de 27 años de fútbol, puedo decir que lo único que queda es mi alma, la misma que nadie quiere como moneda de cambio.

Cervezas, camisetas, vergüenzas, borracheras, asados, etc., son parte de las apuestas que he lanzado al ruedo creyendo que puedo cambiar el maldito destino.

Muchos reirán y me dirán que la culpa es de mis amores futboleros, pero qué culpa tiene uno de nacer en determinado barrio y como herencia recibir los colores del club.

Si uno se hiciera hincha por las veces que un equipo levanta copas, no existirían equipos chicos y menos hinchas de verdad, el amor por un club se basaría por un aspecto cuantitativo. Tampoco estas líneas son una defensa a rajatabla, por amar un club incapaz de darme más alegrías que penas, sería caer nuevamente en el aspecto numérico.
He llorado muchas veces, como también he reído a lo bestia por alegrías. Claro está que quien nunca haya sufrido una decepción sabe a qué me refiero y, también, claro está, que -después de leer estas líneas- todos serán hinchas de equipos siempre campeones y poco recordaran sus derrotas.

Sergio Renan, director de cine argentino, enamorado de Racing señaló: “el triunfo y el fracaso solo sirven para decorar estadística, pero la gloria es tal y nadie nos la puede quitar”.

No sé que pasará, probablemente seguiré comiéndome las uñas cada vez que mi equipo salga a la cancha, pero qué importa, no saco nada con explicar, cada uno tiene su explicación para amar a su club y eso es lo que importa.


JM

1 comentarios:

Marco dijo...

Eso es lo que importa.