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viernes, marzo 06, 2009

ALBOS Y AZULES. DE LIBERALES Y CONSERVADORES

El asunto es bien simple. Los dos mejores equipos posicionados en la presente Copa Libertadores gozan de aquella contradicción.

Barticciotto apela a la presión y no a la convicción. Confía plenamente en sus jugadores y sabe cuanto pueden rendir. Sin embargo, tiene que esperar a no dormir por las noches y hablar enojado ante la prensa para empapar de triunfo con un par de palabras, además de uno que otro acierto táctico, para que el once albo demuestre su real fuerza. Es un papá que no supo criar a sus hijos.

El popular ante Palmeiras se sustentó en 6 hombres claves: Riffo, Salcedo, Figueroa, Sanhueza, Macnelly y Barrios. Desde atrás, el central demostró claridad al momento de los cruces, “vozarrón” para gritar atinadamente y juego aéreo. El descuento del verdao fue su único error.

Salcedo y Figueroa, en el gran acierto de Marcelo Pablo, graduó a la perfección la subida de los laterales, lo mismo que el capitán, quien logró mezclar esfuerzo físico y temperamento con criterio futbolístico en la salida.

Lo anterior fue clave para quien debiera ser hace tiempo la figura indiscutida del cacique: Macnelly Torres. El cafetero, quien a la espera del balón se mueve hacia los costados, encontró en Sanhueza y Millar un alimentador constante en sus diagonales sin balón. El toque rápido y la velocidad en el pensamiento de Torres ya son perfectamente comprendidos por sus compañeros, al que incluso Chamagol pareció entender desde un comienzo.

Barrios no merece mayor análisis. Lo positivo es que demostró que los centrales del mundo no son tan burdos en comparación a los del “Chago” Morning o Católica.

Por otro lado, tenemos al padre conservador, ese que mantiene de pelo corto a todos sus hijos y los lleva invariablemente a la ortodoxia dominical. Y en ella rezan a que, por favor, mantengan sus puestos, corran al mismo tiempo y, en caso de que el rival sea un equipo de envergadura, rogar a que la pelota no entre.

Es Markarián y la U, que cuenta con un orden y fuerza de aquellas que hace tiempo no se veían. Y para que ello se concrete es necesario tener un Marco Estrada y un Manuel Iturra. Salvo Pinto y Montillo, este último cuando regrese, el resto –como dice Bilardo- que ponga a sus familiares, si quieren.

Y el asunto es claro. Cada jugador cuenta con un evidente cuadrado de, a lo más 10 metros, que se mueve de acuerdo al posicionamiento en bloque de la oncena. Puede que Cuevas con Hernández cuenten con algo de movilidad hacia las diagonales… sin embargo sus zonas son debidamente marcadas en los entrenamientos.

Y ello se nota en Mauricio Arias. El DT azul no quiere explosión, sino contención. No acompaña la jugada porque el equipo está cargado a la derecha. Y cuando cambia a su flanco, no confía en una habilitación de “pipino” corriendo a sus espaldas, ni en las capacidades de Contreras para atacar o defender. Podría optar a la jugada personal, sin embargo topa con la deficiencia de tener 5 volantes… no hay espacio.

Pero da lo mismo. Markarián tiene a 3 hombres en esa zona en disposición a robar un balón y oxigenar la contención del equipo. Pincha, libera y acompaña es la lógica. Y con ello, decimos concretamente que el uruguayo no es ratón. Es “mediocampón”…le encanta que defender con 7 y atacar con 7. Y hasta ahora, la U lo aprehendió y aprendió de gran manera.
Felipe Gianoni, Periodista

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